Aagg. De día, otra vez es de día, ¡por fin! Ya puedes volver a asomarte a la ventana y ver la vida desarrollándose debajo de los rayos de un sol brillante. Puedes volver a salir de tu casa, a olvidarte de tus complejos y a disfrutar un nuevo verano. También puedes deprimirte y pasarlo mal, sentir como las lágrimas se deslizan por tus pestañas para aterrizar con un “chof” sobre tu brazo; pero no, eso no te apetece hoy. Hoy quieres comerte el mundo. Quieres sonreír mostrando todos los dientes y las encías, y quieres que todo el mundo te sonría igual. Quieres ir pisando fuerte por primera vez en tu vida, pero no mucho no vaya a ser que con la fuerza del pisotón espachurres a alguna hormiga despistada. Puf, es que hoy estás pletórica, ¿eh? Madre mía, nunca te había visto con esa energía chica, así da gusto. Venga, ya sabes, cómete el mundo y luego vuelve para contármelo, que nunca será suficiente, siempre quedarán mas hojas del calendario deshojándose a nuestro paso, siempre quedará un mañana.
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