Confieso que esperaba que vinieras a por mí.

Nervios. El tiempo me vacila, los segundos duran horas. Algo de esperanza. ¿Ese cosquilleo en la tripa podría considerarse emoción? Cientos de pensamientos perdidos a través de ventanas cerradas. Ilusión. Joder, el tiempo no pasa. Distracciones, risas, juegos. Venga, que ya queda menos. Lo reconozco, me muero de ganas. (Poco) tiempo. (Muchos) nervios. Arg. Apenas minutos. Despedidas. Quedan segundos.

Pasos rápidos, acelerados, como el corazón. Sacar el iPod para disimular. Una sonrisa escondida entre la bufanda y las nubes. Nervios (x10). Mi mirada ilusionada buscándote. No hay nadie. NADIE. Joder, no has venido. Un par de suspiros de aire congelado. Resignación. ¿Resignación? y una mierda: rabia. Manos apretadas dentro de los guantes. Un poquito de aceptación... ag, no: dolor. Frustración. Quizás algo de sorpresa... pero no, en realidad es lógico. Alrededor de diez segundos para hacerme a la idea. Debería moverme, que se van a pensar que soy tonta. Última mirada cabizbaja a un banco vacío, y rumbo a casa.

Me voy tranquilizando. Respiro, se me congelan los pulmones y, con ellos, las ideas. Entonces me dejo la rabia al lado del banco, planeando la venganza. Sigo caminando. Enciendo el iPod. Un casco no suena (grrrrr no debería haberme dejado la rabia). Pasos lentos, no hay prisa. Pierdo la frustración, y el amago de sorpresa es sustituido por (ahora sí) la aceptación. El dolor se me resiste, pero le doy esquinazo en la rotonda. Cruzo corriendo la carretera y se me caen un par de lágrimas. Total, no las necesitaba. Casi he llegado a casa. El resto de mis pensamientos se quedan encerrados en el ascensor. Abro la puerta. Me he librado de todos los sentimientos, así que cruzo tranquila el pasillo. Pero al mirarme en el espejo veo la ilusión medio escondida en mis ojos. No tiene pinta de querer irse fácilmente, habrá que darle una oportunidad...