No necesito que me digan como sentirme, y mucho menos como sentirte. Me parece inútil intentar reprimir cualquier emoción, y ocultarlas es una pérdida de tiempo. No hacer locuras es aburrido y razonarlo todo cansa. Lo malo es que seguir desafiando las leyes de la lógica no es precisamente mi mejor opción. Pero siempre hay un motivo para hacerlo, a pesar de que no siempre haya un porqué para todo. Siento decirlo, pero nunca conseguí sentirme estúpida por dar rienda suelta a mis mejores palabras. Quizás lo único que necesite es sentir la sangre corriendo por mis venas y que alguien me regale rosas al final del cuento.
(Que sean blancas, por favor).
Las negras molan ehhh :)
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