¿Esto es todo?

Otra vez encerrada entre las cuatro paredes impenetrables de mi cabeza, dejando que mi mente haga nuevos nudos con mis pensamientos, de manera que ya no sé que pensar. Mi voluntad dimitió hace mucho, y ahora no tengo a nadie que se haga cargo de mis actos, por eso hago tanto el gilipollas. A mi locura paranoica le dio por el lado dictador y se ha cargado el poco sentido común que tenía. Es un caos. De todas partes me llegan palabras, fragmentos de frases que pretenden decir algo, como flashbacks de los últimos recuerdos que me hicieron sonreír. Pero me veo incapaz de formar algo coherente. Atravesé la encrucijada sin darme cuenta, y acabó de descubrir que elegí el camino oscuro. Tan oscuro como veo yo el futuro. Como mi libertad encadenada. Como las palabras que no entiendo. Y será que ya no queda presupuesto para nada, porque la luz al final del túnel se ha fundido y llevo meses esperando que alguien venga a arreglarla. ¿Esto es todo? Me cuesta creer que todas mis aspiraciones se reduzcan a eso, una existencia depresiva a la luz de una bombilla fundida. Necesito a alguien, un electricista, un revolucionario, un enamorado, ¡quién sea! Pero alguien capaz de hacerme sentir viva, por favor.

(Si no aparece pronto, la luz se apagará del todo y seré incapaz de verle).