En determinado momento se cansó de fingir. Tras varios días de darse cabezazos contra todas sus personalidades, finalmente decidió que no valía la pena vivir así. A ratos sentía que se ahogaba, podía notar como la ansiedad encharcaba sus pulmones y le oprimía un poco más el pecho. Demasiada presión al corazón, pensó. Y supo que era el momento de actuar, de terminar aquel insufrible show y destrozar el telón. Entonces fue más valiente que nunca y gritó al mundo que ella no quería a nadie, que no se importaba, que no era feliz. Y después fue más cobarde que nunca y se encerró en sí misma y en su estúpido silencio. Se tragó sus ansias y dejó que el conformismo se clavara en sus costillas. Acabó confundiendo la angustia con cansancio, se agoto a sí misma y fue incapaz de mentir más. No volvió a gritar.
Sabor extraño, si, el de este día...
ResponderEliminar"Darse cabezazos contra todas sus personalidades"
ResponderEliminarNo puedo evitar sentirme identificada y logro saber exactamente por qué.
Me gusta, te sigo =)
"Acabó confundiendo la angustia con cansancio, se agoto a sí misma y fue incapaz de mentir más".
ResponderEliminarMe ha encantado, preciosa(L)