Hoy hay luna llena. Hoy, más que nunca, me gustaría estar ahí arriba, observando este planeta desde un cráter. Me cogería un mes sabático y alquilaría un cohete unipersonal, ya que necesito aportarle un poco de relatividad al asunto, y ver que lo que aquí me parece tan importante, allí no es para tanto. Sería genial ver como las preocupaciones se quedan atascadas en la capa de ozono y como los problemas se funden a la altura de la mesosfera. Estoy convencida de que el amor se evapora a partir ochocientos veintidós grados farenheit, y en estado gaseoso se vuelve inofensivo. Aprovechando que tengo el corazón de baja, y el lado romántico cerrado por reformas, me desprendería de todo y me quedaría a solas conmigo.
Aterrizaría en la cara oscura de la luna y las líneas de mis huesos se confundirían con las de algún cráter en forma de estrella. Saltaría con todas mis fuerzas y me dejaría llevar hasta que mis pies volvieran a tocar el suelo y dejaran una huella imborrable, haciendo historia. Observaría la tierra desde la distancia y jugaría a reconocer países y sistemas montañosos, a poner nombre a los ríos y a intentar ver mi casa. En algún minuto perdido me dedicaría a analizar el universo, buscando constelaciones que traer de recuerdo y coleccionando estrellas (de las que cumplen deseos). Dejaría de preocuparme por la dirección que sigue mi mirada y por esas estúpidas ganas de pintar una sonrisa en tu cara. Y quizás, solo quizás, es posible que consiguiera reunir el valor espacial necesario para regresar a casa y afrontar mi propia cara oculta.
(Eso si sería estar flying high, y lo demás tonterías).
Que sean dos cohetes unipersonales.
ResponderEliminarMira quien fue a decirme luego a mí que si imaginación... La Señorita Poca Imaginación (irónicamente, está claro :D)
Me encanta como has enredado temas estelares con el amor :).
A ser posible, ¿me llevas contigo? Sólo un ratito, prometo dejarte sola cuando lo necesites =)
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