"There is nothing to writing. All you do is sit down at a typewriter and bleed." - Ernest Hemingway

domingo, 19 de diciembre de 2010

Escondida detrás de sus párpados.

Se tumbó lentamente, sintiendo cada movimiento, y cerró los ojos...
Se imaginó entregándose sin más peros ni porqués. Dejando fundir sus falanges en aquel fuego que la consumía, regalando hasta el último hueso que componía su pequeño cuerpo. Buscaba una boca que pudiera recorrer todos sus recovecos sin más objetivo que el de hacerla suspirar, y unas manos que quisieran sujetarla en aquellos momentos en los que volvía a caer en su propio abismo. En realidad quería encontrarle sin tener que buscarle, chocar con él y sentir que su vida cobraba sentido de repente como en las películas. Necesitaba que alguien calmara el temblor de sus piernas con solo susurrar su nombre, que le dibujara mil castillos de cristal en el aire y no se los rompiera en la cara. Que se le derritieran los articulaciones con verle, que el silencio doliera menos arrinconado entre sus iniciales. Pero sus desvaríos duraron poco. Al fin y al cabo, ella nunca quiso ser una princesa. Lleva casi dieciocho años sin creer en los cuentos de hadas, y no va a empezar ahora solo porque cada fibra de su cuerpo se lo pida con todas sus fuerzas. Los sueños que podrían convertirse en recuerdos perfectos se alejan, desvaneciéndose. La realidad se cuela por las grietas que dejan las imposibilidades. Y ella, rendida, abre los ojos de nuevo.

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