El hielo se derrite, y el nivel del agua asciende hasta alcanzar la altura de mi cuello. Trago saliva cuando el sol me lo permite y me enfado si los días lluviosos no desaparecen cuando quiero. Porque sé que puedo cambiar el tiempo que hará mañana mandando todos los recuerdos al cielo, que me da igual si se hinchan las nubes (y que exploten si hace falta). Que lluevan todos los besos que nos faltan, y que arrastren hacia la alcantarilla más cercana el sonido de nuestro último silencio. Y... ni te busco, ni te encuentro, pero tampoco te pierdo; despierto cuando grito y, aunque no estés cerca, te evito.
Termino tus frases si puedo, me callo las mías si muero..
Ojalá fuera verdad y pudiéramos cambiar el tiempo.
ResponderEliminarMe ha gustado.