“Sigues teniendo los
mismos ojos.. eso es bueno.”
Echaba de menos esta habilidad para no ser, esta falta de
sentido, este exceso de todo lo demás. Casi había olvidado que se puede parar
el mundo con la sonrisa adecuada. Y qué gusto da volver a (no) tener aquello que siempre creí que
perdería.
Después de tanto tiempo, siempre pienso que no fue real, que
lo exagero, que no puede ser tan ( ) como para volver a caer una y otra vez;
pero ahora, después... sé que volvería a caer todas las veces. Y siempre
esperaría la misma respuesta a la vuelta de todas las esquinas que pueda
alcanzar mi vida, por mucho que me empeñe en recorrer caminos (quizás)
equivocados que acaban en bifurcaciones distintas. La cuestión es que siempre
llego al mismo lugar. Y ahora me apetece quedarme. Porque quiero ser un
problema continuo y constante, disfrutar de los nervios que me suben por la
espalda y convertirlos en algo mejor. Quiero ser esa parte que nunca se apague
y no deje de gritar que lo imposible es mucho más bonito, por corto que sea.
Quiero morder un millón de veces más. Y que duela. Y que guste. Y hasta me
dejaría morder. Quién sabe.
Lo que está claro es que quiero quemar todos los cartuchos
que puedan quedar, reventar alguna cama de tanto ( ), y recuperar todo el
tiempo que quedó en standby (si hace falta, estoy dispuesta a pagar los
intereses). De todos modos, sé que el último adiós jamás será el definitivo,
que siempre habrá otra despedida después para querer más.
Y...
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