En realidad lo único que pasa es que quedan unas cuantas horas para que cambien de lugar unos cuantos números, pero en algún momento habrá que pararse a pensar qué estamos haciendo con nuestra vida y si queremos seguir haciéndolo. Por suerte, este año para mí fue un continuo "hazlo solo si lo sientes"; y después de sentirlo todo, puedo decir que empiezo el 2016 más feliz que nunca. El karma se ha olvidado de mí y por fin escuché un click entre tantos cracks que trajeron los años anteriores. Todo encaja. Todo funciona. Solo pido que este próximo año me traiga muchos más cielos bonitos y mucho mar; que los de siempre se queden conmigo y que el amor siga siendo inevitable. Y sonreír mucho. Lo demás ya se irá sacando.
Ocho horas, treinta y ocho minutos..
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